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China, la última pieza que llega al tablero sirio

  • intinews
  • 25 sept 2016
  • 3 Min. de lectura

Este sábado se acaba de conocer que China se incorpora a la guerra en Siria, del lado de Bashar al Assad. Se le estaba echando de menos en este escenario que promete convertirse en el campo de pruebas de la involución política internacional y del regreso al establecimiento de los otrora dos bloques, Este y Oeste.

Desde hace poco más de un año, el país gobernado por Bashar al Assad se había convertido en la demostración de que las viejas ambiciones de norteamericanos y rusos no habían muerto como murió el Muro de Berlín. Con el anuncio por parte de China de su implicación en el conflicto sirio, la última pieza que faltaba en el tablero sirio se ha colocado en su sitio. A partir de este momento, la guerra de Siria adquiere una nueva dimensión, no por lo encarnizados que pueden ser los combates, sino por lo que cada palmo de terreno va a representar en un futuro que parece próximo.

Es obvio que la aparición de China va a resultar letal para los intereses de Estado Islámico. Al-Baghdadi, el autoproclamado Califa, poco a poco ve como se construye ante sus ojos una muralla de países, ciertamente poderosos, que cada vez es más difícil de romper. Pero, lo realmente importante, porque lo va a ser para Europa y Occidente, es lo que representa la intervención de China en apoyo de al-Assad, como también lo hacen Rusia e Irán. Es imposible de obviar que quienes tienen fuerzas sobre el terreno serán los que puedan erigirse en ganadores de la batalla, y en este caso, el 'bloque del este' es el que lleva la voz cantante. No solo al-Assad seguirá habitando en el Palacio Presidencial de Damasco, sino que Siria se habrá convertido en un satélite más de la órbita rusa, pero compartido con terceros como China e Irán.

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La visita a Siria el pasado mes de agosto de un mando de la Armada del Ejército Popular de Liberación chino, Guan Youfei, representó un punto de quiebre. Según analizan los expertos Michael Clarke y Raffaello Pantucci en la revista'The National Interest', hay dos razones que explican este cambio de postura china. Una de ellas es la creciente amenaza terrorista y la exitosa campaña de Rusia contra los terroristas en Siria, y otra es el colosal proyecto económico chino 'Un cinturón, un camino' –también conocido como las 'nuevas rutas de la seda'–, que se está viendo amenazado por el caos de Oriente Medio.

Hace ya tiempo que China empezó a involucrarse en los debates tanto a nivel internacional como nacional sobre la lucha contra la barbarie terrorista. El año pasado Pekín aprobó una ley que le permite desplegar sus fuerzas en el extranjero para luchar contra el terrorismo y, con el mismo fin, estableció una alianza regional con Afganistán, Tayikistán, Pakistán y hasta buscó crear bases militares en Yibuti.

La estrategia antiterrorista china puede ser explicada con la creciente participación de los uigures de China en las actividades violentas en Siria o Afganistán además de en otros países y la amenaza que suponen. Representantes del Partido Islámico de Turkestán (PIT), una organización separatista y terrorista uigur, están presentes en Siria, donde luchan junto al Frente Al Nusra, pero supuestamente se oponen al Estado Islámico.

Pekín acusa al PIT de perpetrar múltiples ataques terroristas, incluido el ataque con coche bomba contra la Embajada china en Kirguistán este agosto y de recibir financiación de Al Qaeda, cuyo líder Ayman al-Zawahiri se dirigió a los yihadistas uigures este julio.

Pekín entiende que después de acabar con la violencia interétnica en la Región autónoma Uigur de Sinkiang en julio de 2009 se ha creado un corredor para los uigures que quieren abandonar la región. Huyen a Turquía, que históricamente simpatiza con ellos, a Siria y a Afganistán, donde están involucrados en las guerras locales, constatan los investigadores.

Por otro lado, China que, a diferencia de Rusia o Irán, nunca tuvo una fuerte presencia económica en Siria ahora busca aumentarla para sus ambiciosas 'nuevas rutas de la seda'. El conflicto sirio constituye una seria amenaza para este proyecto de infraestructuras y comercial que busca unir China con Oriente Medio, Europa, África y Asia.

En este contexto, Pekín observa la guerra civil en Siria como el intento estadounidense de socavar la influencia de Irán en el Oriente Medio "bajo el pretexto de derrocar el régimen de Bashar Al Assad", explican los investigadores.

"En contraste, Rusia ha sido firme en su compromiso de eliminar la amenaza 'terrorista' apoyando al régimen en Damasco y Pekín ha quedado impresionado con la manera en que las decisivas acciones de Rusia han tenido un efecto que no se pudo alcanzar en los campos de batallas en años anteriores". Por ello, ahora Pekín está convencida de que aliarse con Rusia y apoyar al Assad "es una opción más viable para combatir con eficacia el crecimiento del TIP", opinan.

Agencias

Imagen referencial: Internet

 
 
 

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